sábado, mayo 22, 2010

falacias!!!!!

pero bueno, si seguís la línea lógica de la nación y los niños que comen pan, todo es posible. es de hoy o ayer? la vi también.
algunos puntos débiles: que las gorditas sean pecaminosas no implica que sean + activas sexualmente; por el contrario, la actividad de tu amiga gordita se vería incrementada de ser flaca, porque así, gordita, seguro levanta mucho menos, lo que la hace - puta.
te lo digo porque si yo fuera linda, seguro levantaría muuuuchos más extraños que siendo como soy, por lo que me acostaría con más pibes fiesteros (a eso hay que agregarle que soy flaca y que no uso chuker, ves cuántas contradicciones!).
igual, divertido.
lo que me parece, las gorditas suelen tener novio, mientras que las flacas (lindas, feas, como sea) se preocupan por no engordar, y me parece que hay más flacas solteras. habría que hacer un estudio estadístico bien trucho y constatar que las gordas se casan más. ahora, a comerme un chocolate, estoy engripada (como para ir a un bar esta noche), no soy linda, y pasaré el largo feriado en compañía de me, myeself & I.

El chuker engorda

No he conocido un solo gordo que no haya reemplazado el azúcar por el edulcorante. Por asociación libre y violando las reglas del método científico, creo posible sostener que basta comenzar a usar chúker para iniciar el autoflagelante camino del engorde. Mi tesis es que el chúker engorda. Para demostrarlo, puedo referir a esta nota del diario La Nación en la que se informa que, según estudios novísimos, los chicos que comen mucho pan son delgados. De modo que, razonando por el absurdo, podríamos ampliar nuestra tesis: basta dejar de comer pan y empezar a echarle chuker a las cosas para devenir gordito.

Hace poco una amiga me confesó que, si no fuese gorda, sería terriblemente puta. Una revelación que me hizo pensar que la ansiedad oral puede satisfacerse de muchas maneras. O sea que las gorditas son sexualmente más activas que las flacuchas, por más pecaminosas. A la debilidad respecto de los placeres de la mesa la complementa una debilidad concomitante respecto de los placeres de la carne.

Corolario: en tiempos de la posmodernidad, las flacuchas reprimidas usan chuker. Las gorditas deberían usar más azúcar y perseverar en su encomiable apetito, resultas de lo cual seguramente adelgazarán. Dejo sentada la tesis pese a que probablemente pueda ser objeto de censura por parte de más de un lógico riguroso.